jueves, 26 de agosto de 2010

HISTORIA DE LA PEDAGOGÍA

N. Abbagmano
A. Visalberghi


JUAN JACOBO ROUSSEAU

Filosofo franco- suizo, nació en Ginebra el 28 de junio de 1712. Huérfano de madre, su crianza estuvo a cargo de su padre, quien desde muy pequeño le inculco el hábito de la lectura. Como se menciona su primera instrucción estuvo a cargo de su padre, luego de unos tíos y por último contó con la ayuda de la viuda Madame Warens quién lo envío a Turín al Instituto de los Catecúmenos, de donde Rousseau salió al poco tiempo bautizado como católico.
Colaboró con los enciclopedistas, inventó un nuevo sistema de notación musical cifrada, escriba comedias y melodramas. Colabora también en la Enciclopedia redactando artículos sobre música y trabaja como secretario de familias nobles.
Corta relaciones con los enciclopedistas y en aquella huraña soledad nacen sus obras maestras: La nueva Eloísa, El contrato social, Emilio. La primera se publica con extraordinario éxito en 1761, las otras dos aparecen al año siguiente.
Pero la publicación del Emilio provoca la intervención del poder judicial por la heterodoxia de la “Profesión de fe del Vicario saboyano” que ahí apare. El Parlamento de París condena la obra y ordena el arresto del autor. Rousseau escapa a Suiza, pero Ginebra primero y después Berna siguen el ejemplo de París. Vuelve entonces a Francia, regulariza su situación con Teresa, regresa a París en 1770. Ahí copia música para vivir, escribe sus obras autobiográficas. Muere el 02 de julio de 1778 en Ermenonville.

Durante la ilustración se defendía que sólo lo que se puede explicar es verdadero, pero Rousseau sostenía que siguiendo la regla del sentimiento se puede llegar más lejos.
Según Rousseau la clave del pensamiento es la coincidencia entre felicidad individual y felicidad general, pero se debe buscar esa coincidencia, se debe conquistar.

Rousseau es perfectamente consciente de no haber ofrecido soluciones, sino más bien de haber planteado problemas. Es un hombre que declara de sí mismo “En cualquier cosa, lo que no hago con placer acabo muy pronto por no poder hacerlo en absoluto”, no podría resistir mucho el motivo de una virtud que contrasta el sentimiento.

El estado ideal de la educación es para Rousseau determinar la naturaleza humana en su espontaneidad originaria, sin perturbaciones sociales. Es decir respetar la naturaleza humana, dejar al niño ser niño y no educarlo como adulto. Aunque los sentimientos no se conocen si no por sus defectos, prefiere imaginar un panorama donde el niño recibe su instrucción sin necesidad de algún contacto con la sociedad, tal como lo plantea en su obra El Emilio.

¿Qué se propone Rousseau en el Contrato social? “Encontrar una forma que defienda y proteja con toda la fuerza común la persona y los bienes de cada asociado y por medio de la cual cada uno, al unirse a los demás, no obedezca más que a sí mismo y quede tan libre como antes.”
Es decir que al integrarse a la sociedad aunque su opinión diste de la de los demás, sobre todo de la mayoría, sea capaz de aceptar la voluntad democrática sin perder su libertad.

Según Rousseau existen tres tipos de educación: la educación natural, la educación de los hombres y la educación de las cosas; y sólo mediante el concurso armonioso de las tres puede haber un hombre bien educado.
Rousseau defiende la educación natural a toda costa, rechaza la educación de los hombres y aprueba la educación de las cosas, siempre y cuando ésta se apegue a la educación natural.

El hombre tiende hacia la propia felicidad, no es posible que tenga otros móviles. Pero esta tendencia puede degenerar en “amor propio” y en todas las pasiones dañinas y antisociales derivadas de éste. Por otra parte, del “amor a sí mismo” derivan también los sentimientos más puros y las disposiciones morales más altas, a través esencialmente del sentimiento de piedad, que consiste en identificarse con el prójimo y sentir como propios sus sufrimientos.

En Rousseau hay que distinguir entre el motivo eudemonista y el utilitarista. El criterio utilitario, invocado a menudo, no es el definitivo, porque tiende a sacrificar el presente por el futuro. El eudemonismo persigue más bien la plenitud de la satisfacción presente.

No debemos de querer educar al niño bajo el pensamiento de que estamos formando adultos sino dejarlo ser niño y que disfrute esa etapa como tal, sin presiones por el futuro, vivir el presente.

GIOVANNI ENRICO PESTALOZZI

Pedagogo. Nacido en Zurich en 1746, huérfano de padre. Se entusiasmó por los ideales humanitarios y reformas jurídicas, formuló proyectos de reforma agraria, abrió instituto para niños pobres en 1775. A diferencia de algunos otros pensadores Pestalozzi jamás vivió en la pobreza y aún con su situación económica privilegiada era una persona altruista, pues dirigió su labor hacia la educación popular.

Algunas de sus obras son: Leonardo y Gertrudis (1781),Diario de un padre (1774),Vigilia de un solitaria (1780), Investigaciones sobre el curso de la naturaleza en el desarrollo del género humano (1987), Institutos en Münchenbuchsee (1803) y en Yverdon (1805),Canto del cisne (1825).
El pensamiento de Pestalozzi sostiene: Sentimiento, intelecto y gusto constructivo práctico son para Pestalozzi los resortes fundamentales de nuestra acción; solo se puede conseguir mediante una educación que se realice equilibradamente en su aspecto ético-religioso, en su aspecto intelectual y en su aspecto artesano.
Falleció en 1827.

FRIEDRICH FRÖBEL

Pedagogo alemán, nació en Turingia el 21 de abril de 1782. Fue un gran autodidacta y antes de encontrar su vocación trabajo en diversas áreas, por ejemplo fue aprendiz de forestal, y se dedicó un tiempo a la arquitectura. Finalmente organiza un instituto educativo, fundó un instituto para la enseñanza intuitiva y abrió una institución educativa para niños de edad preescolar. Lo anterior señala que finalmente encamino sus esfuerzos hacia su verdadera vocación.
A él se le debe el término “jardín de niños”, mostraba una gran preocupación por la naturaleza y en propiciar el aprendizaje de los pequeños a través de la actividad y el juego.
Algunas de sus obras son: Principios de educación del hombre (1833) y Cantos maternales y caricias (1844).
Falleció en 1849.

Elaboró:
Zayda Raquel Duarte Duarte.

Referencias consultadas:
ABBAGNANO, Nicola y A. Visalberghi. Historia de la Pedagogía, México, 1968. Pág. 387-487

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